ALEXANDRE GAULTIER.Radicalismo a la francesa.
Pero con sólo 29 años ya es Premio Revelación 2006 en la primera edición de la guía Carnet de Route y nº 7 en la lista de los mejores chefs creativos franceses. Entusiasma a los periodistas del movimiento Omnivore que encuentran en Alexandre a uno de los representantes más brillantes y más rompedor de su generación . En el 2003 renuncia a un futuro prometedor en la gran hostelería francesa para recoger el guante y relevar a su padre, Roland , en la posada familiar de La Grenouillère. El año anterior la casa perdió la estrella y para el joven Alexandre, no cabe la prudencia. Descarta la línea continuista de la cocina paterna y elige la ruptura.
La recompensa a esta apuesta por la modernidad llegará cinco años más tarde, este año 2008 con la recuperación de la estrella perdida.
Gauthier es fogoso , entusiasta y con ganas de comerse el mundo. Con sus palabras atropelladas, intenta comunicar sus ideas. Invoca el producto, claro está. Estamos en Francia y nadie se puede desprender de esta devoción atávica hacia la sacrosanta materia prima pero enseguida acompaña sus palabras de un discurso anti-terroir deliberado. Estamos en el Norte de Francia , en Artois, una región donde no abunda la variedad en cuanto a productos de la tierra. Cuando llega el invierno, es el momento de los tubérculos : rutabagas, topinambos, coliflores, chirivías y evidentemente la famosa patata "ratte". Aunque domine perfectamente la cocina de los vegetales, no quiere que este " terroir " limite su creatividad. Encontrará su mejor despensa en el mar, aunque a veces tenga que traer lo mejor desde la lejana Bretaña : el bogavante azul, las navajas, las conchas finas …Pero también el más humilde berberecho que combina, enteramente crudo, con finas láminas de fresones verdes y almendras tiernas.
Le gusta el juego evidentemente como lo demuestra en sus "falsas " patatas fritas (¡son de arroz!) con bearnesa al jengibre o su falso carbón de pan con tinta que rodea a la sepia a la brasa, pero no quiere caer en el gadget." Todo tiene que tener un sentido ".
Dice dominar la " cocina molecular" y haber probado muchas de sus técnicas pero reconoce que no es para él. Sin embargo una esfera de fresa al anís (la llama "canica" ) aparece, como si nada, antes del primer postre.
Pero la modernidad de la cocina de Gauthier no estriba evidentemente allí sino en su minimalismo culinario extremo. Como expresarse con una simple ostra en una infusión de algas y tres hojas de verdolaga o con un guacamole con una brunoise de pepino a la soja.
El pichón con grosella-remolacha .Cocción sangrante,provocativa, casí pornográfica...
Alexandre arriesga como un equilibrista de los sabores, al límite de la caída.
Las ranas, que dan el nombre al lugar, permanecen aún en la carta, con ajo y perejil. Ultimo guiño al pasado en medio de esta neococina de vanguardia.
La presencia batracea en cambio es omnipresente, invade cada rincón de las salas en forma de estatuillas o de dibujos.
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Chocolate y helado de trufa negra. Minimalismo conceptual y estético.
Auberge de La Grenouillère
19 rue Grenouillère
62170 La-Madeleine-sous-Montreuil
Tfno. 00-33/(0)3 21 06 07 22
http://www.lagrenouillere.fr/