APONIENTE 2009
El Puerto de Santamaría (Cádiz).
Ni hierbas, ni germinados, ni flores, esto por una parte. Pero tampoco aires, ni esferificaciones, ni gelatinas, ni espumas. Ni mejor ni peor, como se suele decir de una forma un poco manida, Ángel León es diferente. Ostenta una personalidad y un mundo propio aunque no encuentren siempre una traducción culinaria que se corresponda con su talento.
Su cocina es un poco el reflejo de un currículum accidentado, algo caótico dirían algunos, pero siempre enriquecedor, en que se mezclan stages en Francia, largos viajes en barcos pesqueros o aperturas y cierres relámpago de restaurantes. Es el hombre de las mil ideas,( a veces sin rematar), desde la clarimax hasta la promoción del uso ecológico y gastronómico del carbón de huesos de aceitunas pasando por el “surimi” saludable, bueno y sostenible hecho con descartes de pescado. Ahora acaba de inventar una pasta a base de plancton marino para potenciar el sabor de los alimentos.
Después de un cierre algo prolongado de Aponiente, vuelve a abrir, más ilusionado que nunca, con un equipo más reducido. Esta ave fénix que renace periódicamente de sus cenizas, promete centrarse más en la cocina.
Ángel piensa también poner su imagen de “ tecnochef” en sordina. Los caldos se siguen clarificando con la maquinita, los aceites de carbón siguen aromatizando algunos platos, pero no se comenta.
Lo que no se puede ocultar es el plancton, casi un hilo conductor del menú degustación. Tal vez entusiasmado por el nuevo uso que le ha descubierto, su presencia resulta a veces algo reiterativa, o invasiva,
Su cocina es un poco el reflejo de un currículum accidentado, algo caótico dirían algunos, pero siempre enriquecedor, en que se mezclan stages en Francia, largos viajes en barcos pesqueros o aperturas y cierres relámpago de restaurantes. Es el hombre de las mil ideas,( a veces sin rematar), desde la clarimax hasta la promoción del uso ecológico y gastronómico del carbón de huesos de aceitunas pasando por el “surimi” saludable, bueno y sostenible hecho con descartes de pescado. Ahora acaba de inventar una pasta a base de plancton marino para potenciar el sabor de los alimentos.
Después de un cierre algo prolongado de Aponiente, vuelve a abrir, más ilusionado que nunca, con un equipo más reducido. Esta ave fénix que renace periódicamente de sus cenizas, promete centrarse más en la cocina.
Ángel piensa también poner su imagen de “ tecnochef” en sordina. Los caldos se siguen clarificando con la maquinita, los aceites de carbón siguen aromatizando algunos platos, pero no se comenta.
Lo que no se puede ocultar es el plancton, casi un hilo conductor del menú degustación. Tal vez entusiasmado por el nuevo uso que le ha descubierto, su presencia resulta a veces algo reiterativa, o invasiva,
Después de una mala experiencia en el intento de comercializar este producto, Ángel está contemplando la posibilidad de distribuirlo en estado liofilizado para que el cocinero lo pueda conservar y manejar más cómodamente.
Los Postres, como el pan, bastante correcto, están elaborados por Juan Luis Fernández, el brazo derecho de Ángel, también buen pastelero.
Muy bueno el postre de cremoso de chocolate con licor de cacao Pico (bebida elaborada en el Puerto), helado de pieles de naranja y mini “lenguas de gato”.
No hay petit –fours ni falta que hace. Requieren mucha dedicación y el cliente muchas veces los desprecia. Tampoco las fruslerías de los esnacks son muy necesarias. Los tiempos obligan a más economía.
En Aponiente, uno tiene siempre la impresión de que en esta cocina, cambiando cuatro detalles, el salto cualitativo sería impresionante. Parece a veces una cocina simplemente esbozada. Se trata de que Ángel se tome el tiempo de “acabar el dibujo” y la chispa de su propuesta se manifestará con más claridad. Mientras tanto disfrutemos de su cocina tal como nos la ofrece…
El servicio es profesional, muy amable y desenfadado. A parte de la presencia de JuanMa Martínez (a la derecha en la foto), en este año se ha visto la incorporación del roteño Juan Ruiz,(segundo a la izquierda) antiguo sommelier de Valdepalacios, retornado a su tierra, que propone maridajes interesantes : una manzanilla pasada, un “alvarinho” Dorado de Portugal o
Aponiente. Una cocina de mercado.
El hígado del sapo sigue latiendo.
Frescor total. Nuestro cocinero compra chocos, gambas blancas,
APONIENTE.
Calle Puerto.
Puerto de Santamaría.
956 85 18 70
Cierra domingo noche y lunes.
Menú Entrante, Plato y Postre 24 €
Degustación 50 €
Ningún plato de la carta supera los 20 €.

2 comentarios:
¿El pappadum no es de la India?
6/14/2009 11:18 a. m.
Tienes razón. Repetí sin reflexionar lo que ponía la carta...
Corregido. Gracias.
6/14/2009 11:27 a. m.
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