CINC SENTITS.(Barcelona).
Hace ya un par de años que este pequeño restaurante de la calle Aribau, muy cerca de restaurante de Carles Gaig en el hotel Cram, ha conseguido la estrella michelín. Le había hecho un par de visitas después de su apertura en el 2004 (año en el que estuvo nominado para Restaurante Revelación en Madridfusión) y no había vuelto desde entonces. Recuerdo que durante esos primeros años Jordi Artal, su cocinero propietario estaba segundado en los fogones por Jordi Anglí. (No busquen ningún post. Aun no tenía blog).
Por consiguiente me hacía mucha ilusión volver a probar la cocina de este catalán de padre canadiense que ha compartido su vida entre Toronto, Silicon Valley (donde ejercía de director de marketing en una empresa informática) y Barcelona, ciudad que no dejó nunca de visitar durante aquellos años de “exilio” hasta que se instalase definitivamente en el 2002, con el firme propósito de dedicarse a la restauración.
Por consiguiente me hacía mucha ilusión volver a probar la cocina de este catalán de padre canadiense que ha compartido su vida entre Toronto, Silicon Valley (donde ejercía de director de marketing en una empresa informática) y Barcelona, ciudad que no dejó nunca de visitar durante aquellos años de “exilio” hasta que se instalase definitivamente en el 2002, con el firme propósito de dedicarse a la restauración.
Ocho años después Artal aun conserva un marcado acento americano cuando habla catalán, pero su cocina está totalmente integrada al “paisaje culinario” de Cataluña.
Cocina tranquila, bastante sabrosa, respetuosa con el producto con ligeros atisbos más modernos en los postres. Un producto que Jordi busca de proximidad con los payeses del Maresme (frutas y verduras) pero también en Extremadura (Zafra) cuando se trata del cochinillo, o en Galicia con la ternera.
En el menú que degustamos el otro día, aun se mantiene su aperitivo de jarabe de arce con sabayón de cava, tarjeta de visita inamovible que refleja ese mestizaje al que me refería antes.
Casi un petit-four antes de hora.
El menú propiamente dicho empieza por una crema de patata, huevo de codorniz pochado, dado de esturión ahumado, chip de patata y mini quenelle de caviar Nacarí, del Pirineo catalán. Combinación clásica donde las haya.
Deliciosa albóndiga de sepia y carne, con romesco, aceite de picada y aire de tinta. Más catalán imposible.
Guisantes, trufa negra y una lámina de jamón de bellota. El guisante, muy entero después de una ligera cocción, manda en el plato. La trufa y el jamón están ahí sólo para romper en un par de bocados la suculenta monotonía de la verdura.
El mejor plato del menú. Calamar (cocción nacarada), papada (“cansalada del coll”), guiso de orzo (esa pasta en forma de grano de arroz) y alioli de azafrán . Se echaba de menos un poco más de pasta. Muy rico.
En el rape plancha con puré de boniato, de calçot y salsifis no encontré la misma suculencia. Un plato simplemente agradable. Los purés de otra cosa que no sea de una buena patata del bufet o ratte, me cansan un poco, lo reconozco. Aprecio cada vez más la verdura con su propia textura.
Delicioso el cochinillo confitado con la piel bien crujiente. Jordi reconoce la banalidad de la guarnición (manzana) en este caso con reducción de vino y miel y está trabajando en una guarnición más potente.
Tres tintos. Todos muy bien elegidos.
Pre postre de espuma de yuzu, helado de limón, maltodextrina de chocolate blanco y …..petazetas. Muy bueno pero aun mejor sin el dichoso granulado efervescente.
Excelente postre con helado de vainilla y aceite, coca de cristal rota(“coca de vidre”) y ganache de chocolate. Una versión refinada del postre popular (muy catalán pero que existe en otras partes) : pan, chocolate, aceite y sal.
Muy buen surtido de tés (de Tealosophy, Inés Bertón).
Petits: choco blanco y esfera de pasión (como un huevo frito), chupito de flan de nata con mermelada de violeta y roca de chocolate negro con naranja.
El servicio de sala bajo la dirección de Amèlia Artal, la hermana de Jordi, ha ido cogiendo más empaque desde los inicios. Buen servicio de vinos bajo la dirección de Eric Vicente (largo curriculum entre los cuales el restaurante Jean Luc Figueras).
No sé si ha sido previo o posterior a la estrella pero se aprecia en este restaurante como una voluntad, inconsciente o no, de desmarcarse tal vez de la corriente bistronómica para proyectar una imagen de “pequeño gran restaurante”.
Menús: 49 € con 6 platos, 69 € con ocho platos (con maridaje 89 €).
CINC SENTITS
c/Aribau nº 58
93 323 94 90
Cerrado domingo y lunes.
www.cincsentits.com
Los problemas informáticos siguen. No he podido editar este post como lo hago habitualmente. Disculpen los errores que pueda haber.
5 comentarios:
Problemas informáticos o con blogger. (Con las fotos, los colores, el tamaño de las letras....). Este post no se ha podido editar correctamente.Ph.R.
1/16/2011 11:54 a. m.
Comparto la problemática que comporta el nuevo editor de blogger... I comparto el gusto por el restaurante Cinc Sentits, en el que estuve el pasado sábado y publiqúe ayer sin saber que tu lo habias publicado también.
1/17/2011 9:45 a. m.
Hola Ricard.
Este es mi mail. Y me explicas lo de blogger si quieres.
Gracias.
philipperegol@telefonica.net
1/17/2011 10:59 a. m.
acabo de aterrizar por casualidad en este blog,por fin el tipo de blog gastronomico que quería leer en español!enhorabuena y saludos desde Hong Kong
1/17/2011 10:18 p. m.
Muchas gracias! Te dedicas a la cocina? Eres español? Un saludo.
1/17/2011 10:22 p. m.
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