POR UNOS ESPACIOS DE OCIO LIBRES DE HUMO
Leo que Roberto González ha provocado en su blog un interesante debate sobre la futura ley antitabaco. No voy a repetir aquí lo que dije aquí hace unos 3 años ni los argumentos que contienen los comentarios de los lectores del post de Roberto, algunos muy acertados. Invito a que lo lean.
Muchas veces me he pronunciado sobre este tema. Pero la resistencia de los fumadores (una minoría del 30% de la población) obligar a repetir algunas evidencias.
¿Cómo e puede degustar una comida, que sea la de un gran restaurante como la un simple menú de cada día, en un ambiente de humo?
¿Cómo se puede permitir que los trabajadores de la hostelería o del ocio en general, estén sometidos a respirar en contra de su voluntad, el humo de los locales donde trabajan, con el consecuente chantaje al despido si se niegan a acatar esta situación?
¿Cómo se puede permitir que los niños no puedan entrar en un bar con sus padres sin que se encuentren expuestos al insaludable humo del tabaco?
El tabaco es la única droga que se obliga a consumir a los demás. Mientras tanto, los fumadores demuestran victimismo y prepotencia, cuando ha sido la mayoría (70 % de la población) de los no-fumadores que se ha tenido que callar durante décadas.
Recomendaría a estos fumadores que reserven su encomiable lucha por la “libertad” para causas más nobles. El humo, en ningún caso se puede imponer al vecino de al lado y menos cuando se está alimentando.
En todos los restaurantes de Europa, los clientes fumadores aceptan salir une minutos a la calle o al patio para fumar su cigarrillo. Creo que en España también, los clientes de restaurantes sabrán adaptarse a la nueva situación.
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Próximo post y comentarios el lunes 18 a la noche.
5 comentarios:
Totalmente de acuerdo.
1/14/2010 7:59 a. m.
Me gustaría ofrecerte una visión más.
http://brillat-savarin.blogspot.com/2010/01/malos-humos.html
Un saludo,
1/14/2010 6:45 p. m.
Gracias por enlazarme, Philippe. Tema el del humo que no tiene solución. En fin.
1/14/2010 9:35 p. m.
De acuerdo completamente.
No existe ninguna razón real, racional ni fisiológica que ligue el comer con el fumar. Deben considerarse actos antagónicos en su naturaleza, pues es sensorialmente imposible disfrutar plenamente de aromas y sabores en la presencia de un agente poderosamente distorsionador como el humo de tabaco.
Sencillamente ha sido una imposición cultural nefasta, y nada antigua, de paso, ya que en Europa no se inició la endemia tabáquica seriamente hasta finales del siglo XVII, y mira cuántos milenios lleva la humanidad alimentándose.
Los restaurantes deben ser sitios para alimentarse y disfrutar de ese placer. Para otros "placeres" buscar el lugar adecuado. (A mí tras una buena comida me apetece un kiki, pero no encuantro restaurante con áreas para folladores y no folladores.)
No hay excusa válida para que los fumadores sostengan la situación actual. En otros países con un hábito tabáquico igual o peor que el nuestro la separación del consumo de alimentos y de tabaco no ha ocasionado ninguna hecatombe en el sector hostelero, como esgrimen algunos representantes del mismo.
Llama la atención que ante otra lógica medida de salvaguarda sanitaria, como el severo control de alcoholemia en conductores, los hosteleros no hayan mesado sus crines, cuando tal medida directamente reduce sus ventas de bebidas alcohólicas. ¿Cuántas pérdidas ha supuesto esto para la hostelería? Obviamente, los accidentes viales son una catástrofe inmediata, mientras el pernicioso efecto del tabaco se diluye en el tiempo. Deja mucho que pensar de la ética del gremio.
1/15/2010 12:01 a. m.
Anónimo ha dejado un nuevo comentario en su entrada "ELS TRES PORQUETS":
Hoy he tenido el placer de ir a comer con mi mujer e hija, todo ha empezado muy bien, comida buena, buena atencion, hasta que los clientes de al lado han empezado a fumar y fumar y fumar. Donde se ha visto que vayas a comer, a saborear un buen vino y alquien te lo estrope apestandote uno de los mejores placeres de la vida, "la comida".
Otro fallo desde mi punto de vista, el tiempo entre plato y plato. Creo que para hacer una lubina y un chuleton de 500gr no se tarda 1h, cuando ha llegado ya no teniamos hambre.
Por ultimo el trato al cliente del Sr. Javier Jovells un poco desagradable.
Por lo demas todo muy bien.
1/19/2010 2:11 a. m.
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