POR UNA GASTRONOMÍA SIN TABACO.
Después de más de dos años una ley anti tabaco incompleta, la mayoría de bares y restaurantes siguen permitiendo el uso del cigarrillo en sus locales. El 23,7 % de la población fumadora dicta su ley al 76,3 de no fumadores. La tolerancia de estos últimos ha permitido hasta ahora que esta minoría de fumadores les obligue a ser partícipes de la droga de su vecino de mesa. El fumador pasivo es la gran victima de esta situación. Los camareros y el personal en general tienen que soportar esta situación sin rechistar si quieren conservar su empleo, los clientes muchas veces no se atreven a protestar por no pasar por protestones recalcitrantes y los propietarios de pequeños negocios no se atreven a prohibir el tabaco por miedo a perder a este 23% que amenaza en pasarse a la competencia, imponiendo así su ley a la mayoría. Lo correcto debería ser por parte de los restauradores mimar a la mayoría de no fumadores, muchos de los cuales han dejado de ir a los restaurantes por este motivo.
Una ley que no acaba de aplicarse
En Madrid, el gobierno de la Comunidad, hace la vista gorda respeto a la ley y es muy difícil encontrar un restaurante libre de humo. Con tal de llevar la contraria al gobierno del estado, todo vale.
Las comunidades autónomas son las responsables de vigilar que se cumpla la ley y de su desarrollo normativo. Pero Madrid , Valencia o La Rioja no han creado ninguna normativa de aplicación, ni inspecciones, por no hablar de régimen sancionador. Hasta el punto que la comunidad europea ha lamentado esta situación. Una ley básica, que en principio no se puede modificar a la baja, se encuentra cuestionada en su aplicación. En Valencia por ejemplo, el Tribunal Superior de Justicia de esta comunidad avala el decreto que "suaviza" las restricciones al tabaco. Las zonas de fumadores y no fumadores ya no tienen que estar separadas físicamente y la superficie requerida para decidir cualquiera de estas dos opciones , se amplia a 120 metros cuadrados. En la Rioja el Tribunal ha dado la razón a Sanidad mientras que el gobierno regional lo recurría.
Está claro que la postura del PP ha sido de una gran hipocresía :votar la ley en las Cortes de cara a la galería para después impedir en la práctica su aplicación.
En cambio en Italia o Francia son gobiernos de derecha los que han promulgado unas leyes auténticamente anti tabaco, con el apoyo de todos los partidos. España, que pretende ser pionera en la promoción de los derechos civiles, en este caso va a la cola y no respeta los derechos de los no fumadores. El gobierno del PSOE ha pecado en este caso de exceso de prudencia.
Aunque en los países que ya han adoptado leyes más coherentes que la española como Suecia, Italia o Irlanda, una inmensa mayoría de la población (entre el 90% y el 95%) apoya la prohibición del tabaco en bares y restaurantes, en España estamos a la cola de Europa en cuanto al respeto de los fumadores hacia los no fumadores. El 85 % de estos últimos reconocen fumar en compañía de no fumadores contra sólo un 66% del resto de los europeos.
Por una nueva ley anti tabaco
Ahora sería el momento de pedir la modificación de la ley. Es un buen momento. Mientras la oposición se enzarza en sus problemas internos, una auténtica ley anti
tabaco permitiría acabar con todos estos procesos judiciales agotadores de recursos y contra recursos. El mundo de la hostelería debería presionar en este sentido.
Si en una inmensa mayoría de los grandes restaurantes la ley se cumple a raja tabla, reservando un espacio BIEN SEPARADO para los fumadores de puros y cigarrillos, en los restaurantes más pequeños, es prácticamente imposible (salvo raras y valientes excepciones como Alkimia, en Barcelona) que sus dueños se decanten por un espacio libre de humo. Recordemos que Michel Bras hace ya 20 años decidió que había que reservar el "placer del tabaco al momento del café" como rezaba un papelito en la mesa e invitaba a sus clientes a pasar, al final de la comida, a un lugar ad hoc.
Si respirar el humo es poco recomendable para el consumidor de cocina popular que tiene que alimentarse cada día fuera de su casa, lo es aún más para los que apreciamos la buena comida creativa en que el cocinero ha puesto todo su interés en encontrar el mejor producto que ha condimentado con hierbas, especias y acompañado con delicados jugos y tiernos vegetales. ¿Qué sentido tienen todos estos esfuerzos si en el mismo momento de los aperitivos, el comedor se va llenando de humo?
Por motivo de salud y por el correcto disfrute de este tipo de cocina, permitir el tabaco en el restaurante es inconcebible. No hay que esperar una posible nueva ley. Es ahora cuando se tienen que posicionar los restauradores.
Los restaurantes valientes que no permiten fumar no pierden clientela y demuestran visión de futuro.
3 comentarios:
Completamente de acuerdo. Hace unos meses publiqué un post con una opinión muy similar:
http://gourmetymerlin.blogspot.com/2008/01/tabaco-y-hostelera-ii.html
6/06/2008 9:50 a. m.
A mi personalmente pienso que deber�a de haber local de fumadores y local de no fumadores. Que el cliente escoja. Yo (fumador) no impongo y no me gusta que me impongan. En los locales de no fumadores no fumo. Yo los locales que frecuento habitualmente son de fumadores. A los locales de no fumadores, simplemente no voy, porque soy fumador. Igualmente tampoco voy a los locales gays (que conste que no tengo nada en contra de ellos),simplemente no voy porque no soy gay. Tampoco voy a los locales donde habitualmente se consumen drogas, porque no las tomo. Puedo ir un d�a puntual. Pero nada m�s. No obligo a la gente a ir conmigo a los locales de fumadores. Simplemente s� lo que quiero, y lo que quiero es fumarme un cigarro mientras me tomo el GT. Yo, personalmente jam�s mientras fume (lo estoy intentando dejar) ir� a un local de no fumadores habitualmente. Sin ganas de polemizar, Un saludo.
6/07/2008 12:39 a. m.
Quiero dar mi opinión personal. Cuando un fumador no va a un restaurnate porque es libre de humos y él fuma, está imponiendo su ley, porque ya no deja pie a elegir un restaurante por su gastronomia o buen servicio, sino por una cosa tan arbitraria como es si se puede o no fumar. La premisa de partida es falsa porque no existen locales de fumadores y de no fumadores. Existen RESTAURANTES en mayúsculas, resturantes en los que está permitido fumar desoyendo las recomendaciones de la OMS y restaurante en los que se alejan estas sustancias tóxicas de personas y alimentos. Por tanto los RESTAURANTES no son privativos de fumadores o no fumadores, ni de gays o heterosexuales. Son establecimientos en los que se sirven comidas y se deberían escoger por criterios relacionados con la hosteleria. Un restaurante debería buscar la excelencia en la calidad, y un ambiente atestado de humo de tabaco es lo más lejano a criterios de calidad e higiene. Las frases del tipo: "yo allí no voy porque no se puede fumar y yo fumo" no son nada inocentes. Están obligando a todos con quienes se va a comer a descartar una serie de restaurante que pueden ser opciones excelentes por motivos de toxicología y no de calidad.
11/23/2009 3:54 p. m.
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