LYON.
Los "bouchons".
Esta ciudad huele a fritanga. Desde los típicos "bouchons" (especie de bistrots) hasta los restaurantes de 2 estrellas como Le Bec, desde las estrechas callejuelas del Viejo Lyon hasta las buhardillas de los hoteles.
Este olor se va inmiscuyendo en todas partes, a veces es un agradable olor de cebolla o chalota sofrita en mantequilla, a veces son los efluvios de empanados fritos que dan nauseas.
Antes que Paris, Lyon estaba considerada como la capital gastronómica de Francia. En esta ciudad, la comida se toma muy en serio. Sobretodo la proteína porcina que se prepara de todas las maneras (tiernos y sabrosos salchichones) pero también toda la casquería ovina (morros, callos, mollejas y orejas).
El pescado se encuentra más raramente en las cartas de las casas de comida, pero a veces se puede degustar
La acidez está omnipresente. Pero no ese gusto que siempre invoco o reclamo para reequilibrar, de manera sutil, los sabores de un plato, sino una acidez más agresiva y persistente. Y no solamente en los pescados,
Acidez a veces excesiva pero también elegante y estimulante hilo conductor cuando se expresa en "La Cuisine Acidulée" de Michel Troisgros (libro de Bénédict Beaugé).
En Lyon el pan suele ser excelente. Tiene una costra muy tostada y ligeramente amargante y aromas (no siempre) de levadura natural. El pan de Le Bec es excepcional. Lo compra a un panadero de la ciudad.
Los "bouchons" recomendables son "Daniel et Denise" y "Le Garet" pero están cerrados los sábados y domingos y siempre llenos.
En cambio los sábados se puede acudir a "Le Jura"(La cuisine de Brigitte) o a
La Mère Brazier .
NOUVEAU 2 ÉTOILES MICHELIN.Pasa directamente de no tener a las 2, infringiendo una vez más la regla de la casa.
Una de ellas,
En la zona de Lyon, las " madres" ( como la Mère Blanc , la madre de Georges Blanc, en la región de Bresse) son las cocineras que trasmiten, por tradición oral, el saber culinario. Una cocina popular no exenta de cultismos como la pularda medioluto o las queneles de lucio que han llegado a estar integrados en la gran cocina clásica francesa.
Hoy, después de languidecer varias décadas en manos de los herederos de la "Mère", este histórico restaurante de La Mère Brazier ha sido recuperado y restaurado por
calle Royale,
Son paredes cargadas de recuerdos, lugares que trasmiten emociones aunque sólo permanezcan pocos platos de la ilustre cocinera como, por ejemplo, las alcachofas con foie-gras, el Chabraninof (manzanas salteadas al calvados, caramelo a la mantequilla salada y helado de vainilla), ¡un postre dulce/salado ya en los años 30 del siglo pasado! y ¿cómo no? el ave de Bresse Demi-Deuil servida para 2 o 4 personas (120€) con verduritas y cerezas al vinagre (siempre esta fascinación por el ácido acético…).
Sin embargo, Mathieu Viannay conserva el espíritu de la cocina de la "madre".
La noche de mi visita, hubo un pequeño incidente, que estuvo a punto de romper la magia del momento.
Servicio profesional y amable (lo segundo no es tan frecuente en Francia). Se me invitó a visitar los salones de la primera planta a medida que se iban liberando de sus ocupantes. Regalo de la carta y ameno relato de la dilatada historia de esta casa centenaria.
Muy probable estrella michelín en la edición 2009 a punto de salir en marzo.
Nicolas Le Bec
La comida en Le Bec. Mejor no arriesgar. Hay que ir a lo seguro.
Unos 120 € con una copa de champagne, otra de Côte du Rhône y el café con petit tours. Muy correcto pero no es la creatividad de un Decoret o de una Anne-Sophie Pic (Valence) de quien hablaremos en un siguiente post.
Les Terrasses de Lyon.
Última etapa estrictamente lionesa: Un Relais Gourmand en las alturas de la ciudad, principalmente recomendable para los que disfrutan comiendo desde unas buenas vistas. La comida tuvo alguno que otro altibajo y, lo que es aun peor, momentos planos, como este plato de verduras y tubérculos de invierno, simplemente correcto. La molleja de ternera (¡a 50€!) era pastosa (la peor parte de esta glándula), y, por si era poco, empantanada en un puré de boniato al regaliz ( ark!…). Un poco menos de papillas, por favor. También habría que hacer una lista de los sabores de moda como es el caso del regaliz…
El pan execrable. Mucho peor que el de los bistrots de la ciudad. La comida afortunadamente tuvo un final feliz con
un delicioso soufflé de limón ( y sobretodo que no falte el oro en las madalenas...), previo a la cuenta de 135 €, copa de champagne incluida…Servicio amable que invita a una copa de Gewurztraminer en el postre cuando ve que el cliente ha "sufrido" con alguno de los platos. Imagino que será por este motivo…
Daniel et Denise
156 rue Créqui
00 33 478 60 66 53
Le Garet
7 rue Garet
00 33 478 26 16 94
Le Jura
25 rue Tupin
00 33 478 42 20 57
La Voûte (Chez Léa). Une de los restaurantes más antiguos de la ciudad.
11 Place A.Gourju
00 33 478 42 01 33
La Mère Brazier
12 rue Royale
00 33 478 23 17 20
Les Terrasses de Lyon (Villa Florentine)
25 montée de Saint Bartélémy
00 33 472 56 56 56
Nicolas Le Bec
14 rue Grolée
00 33 478 42 15 00
Les Terrasses de Lyon.
El pan execrable. Mucho peor que el de los bistrots de la ciudad. La comida afortunadamente tuvo un final feliz con
Daniel et Denise
156 rue Créqui
00 33 478 60 66 53
Le Garet
7 rue Garet
00 33 478 26 16 94
Le Jura
25 rue Tupin
00 33 478 42 20 57
La Voûte (Chez Léa). Une de los restaurantes más antiguos de la ciudad.
11 Place A.Gourju
00 33 478 42 01 33
La Mère Brazier
12 rue Royale
00 33 478 23 17 20
Les Terrasses de Lyon (Villa Florentine)
25 montée de Saint Bartélémy
00 33 472 56 56 56
Nicolas Le Bec
14 rue Grolée
00 33 478 42 15 00
1 comentarios:
Imagino las caras de los cocineros cuando tomas fotos y criticas su comida :-D
2/23/2009 11:44 p. m.
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