DA CARMINE. (Nápoles).
LA PASTA AL DENTE MA NON TROPPO
El primer contacto con Nápoles fue una cena en una trattoría del barrio español, a 200 mts de la catedral de san Gennaro. Un barrio de innumerables callejuelas en un estado bastante lamentable pero con un bullicio popular espectacular.
En cada paso, se encuentran los puestos de pizzería (como si fueran nuestras churrerías) donde se compra LA pizza con “L” mayúscula. Hay en la pronunciación de este “la” (que suele también atañer a “LA” pasta) como una enfatización, casi una veneración religiosa. Auténtica cocina de la calle. Pero no creo que a los napolitanos les gustaría saber que, según algunos eruditos españoles (Cuadernos del Fogón Ed Zendrera) la pizza no sería otra cosa que una coca leridana evolucionada importada por las tropas de Alfonso V el Magnánimo en el siglo XV. En efecto la mayoría de aquellos reclutas eran catalanes oriundos de la zona de Mollerusa. La coca se cortaba a trozos (“pezzo” en italiano de ahí su futuro nombre) y adoptó con el tiempo su forma redonda,
aunque persiste todavía en ciertas zonas como Vico Equense lo que llaman la “pizza a metro”. Evidentemente el concepto de “coca de recapte” y el de la pizza son muy similares. Una masa de pan que recoge un poco lo que se tiene a mano: verduras, salazones, queso. Luego, después de la conquista americana, llegaría el “pomodoro”. Según esta teoría, la pizza sería una coca que supo triunfar. En todo caso, conté esta anécdota con la boca pequeña para no crear incidente diplomático. Y hay que decir que es sólo una teoría, un poco arriesgada. Hay otras.
Pero esa noche tocaba trattoría. Me dejé llevar. Cola en la calle y media hora de espera. No se aceptan reservas en la trattoría Da Carmine. Los precios son bajos a pesar de la buena calidad de su cocina.
Pero esa noche tocaba trattoría. Me dejé llevar. Cola en la calle y media hora de espera. No se aceptan reservas en la trattoría Da Carmine. Los precios son bajos a pesar de la buena calidad de su cocina.
La ración es enorme. Bien empapado de ron y con la masa que me gusta. No la de tipo “Ducasse” que se parece a un bizcocho sino la auténtica, más “basta”, que recuerda una miga de un buen pan. Sólo faltaba un poco de Chantilly con vainilla para completarlo todo…Era mucho pedir.
Trattoria DA CARMINE
Via dei Tribunali, 330
00 39 081 294283
Barrio Español, al lado de San Gennaro
1 comentarios:
No me lo puedo creer.
Mi yerno es napolitano.
Mis pasteles no le gustan porque no son húmedos como el babá, cosa que a mi no me gusta por estar demasiado mojado,pero hacen una repostería fantástica en Nápoles.
Tenemos un amigo que se llama Carmine, que bueno.
Me alegro que te lo hayas pasado bien.
Besos
6/13/2011 2:30 p. m.
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